Menos de dos meses después de su salida, Itamar Ben Gvir y Otzma Yehudit regresan al poder, consolidando su coalición con Netanyahu.

El legislador israelí Itamar Ben Gvir y su partido Otzma Yehudit, regresan al Gobierno de ocupación de Israel, luego de menos de dos meses de su retirada de la coalición liderada por el primer ministro Benjamín Netanyahu.

El regreso se formalizó tras un comunicado conjunto, que ratificó la reincorporación de los ministros de Ben Gvir a sus puestos. La retirada, impulsada por la amenaza de abandonar si se aprobaba un alto al fuego en Gaza, dejó claro el poder de negociación del ultranacionalista israelí.

Con la reactivación de los ataques, las autoridades israelíes subrayan su indiferencia ante el derecho fundamental a la vida, mientras que las víctimas caen en su mayoría entre los civiles más vulnerables: mujeres, niños y ancianos.

El retorno de Ben Gvir al Gobierno, no es solo un cambio en el liderazgo político, sino un retroceso en los esfuerzos por alcanzar una paz justa en la región. Las demandas impuestas por el funcionario israelí, que incluyen la continuación de los bombardeos en Gaza y el fin de la ayuda humanitaria, buscan intensificar la opresión sin considerar los derechos humanos de los palestinos.

El derecho a la vida y a la paz debe ser defendido por todos los actores internacionales, y no puede ser eclipsado por intereses políticos que sacrifican la dignidad humana.

La presión de la coalición de Netanyahu, que ha quedado debilitada por su mayoría estrecha en el parlamento, fue clave para este retorno, crítico para los palestinos. Ante esto, Ben Gvir impuso tres demandas para su reincorporación: reanudar las operaciones militares, implementar el plan de Trump para los gazatíes y suspender la ayuda humanitaria.

Con el inicio de los ataques en Gaza, al menos una de sus exigencias fue cumplida, hecho que consolida aún más su poder sobre un Netanyahu, acorralado por la situación política y militar, así Gvir demuestra su carácter extremista anti derechos humanos.

En este escenario, la responsabilidad de los políticos israelíes no puede ser minimizada. Al actuar en función de intereses militares y políticos, sin respetar el derecho más fundamental de los pueblos a vivir sin miedo y sin violencia, ignoran principios universales que deben guiar cualquier gobierno.

El mundo debe exigir la detención de las agresiones y el respeto a los derechos humanos en Gaza, así como la aplicación de la justicia para aquellos responsables de perpetuar un ciclo de sufrimiento que continúa sin cesar.

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